miércoles, 25 de octubre de 2017

LA BOTELLA Y LAS 2 LECCIONES

Hoy quiero compartirte una historia fantástica para reflexionar esta semana. 

Un hombre estaba perdido en el desierto, destinado a morir de sed. Por suerte llegó a una cabaña vieja, desmoronada, sin ventanas, sin techo. El hombre anduvo por ahí y se encontró con una pequeña sombra donde acomodarse para protegerse del calor y el sol del desierto. Mirando a su alrededor vio una vieja bomba de agua, toda oxidada. Se arrastró hacia allí, tomó la manivela y comenzó a bombear, a bombear y a bombear sin parar, pero nada sucedía. Desilusionado, cayó postrado hacia atrás, y entonces notó que a su lado había una botella vieja. La miró, la limpió de todo el polvo que la cubría y pudo leer que decía: "Usted necesita primero preparar la bomba con toda el agua que contiene esta botella mi amigo, después, por favor tenga la gentileza de llenarla nuevamente antes de marchar". 

El hombre desenroscó la tapa de la botella y vio que estaba llena de agua... ¡llena de agua! De pronto, se vio en un dilema: si bebía aquella agua, él podría sobrevivir, pero si la vertía en esa bomba vieja y oxidada, tal vez obtendría agua fresca, bien fría, del fondo del pozo, y podría tomar toda el agua que quisiese, o tal vez no, tal vez la bomba no funcionaría y el agua de la botella sería desperdiciada. ¿Qué debería hacer? ¿Derramar el agua en la bomba y esperar a que saliese agua fresca...o beber el agua vieja de la botella e ignorar el mensaje? ¿Debía perder toda aquella agua en la esperanza de aquellas instrucciones poco confiables escritas no sé cuánto tiempo atrás?

Al final, derramó toda el agua en la bomba, agarró la manivela y comenzó a bombear, y la bomba comenzó a rechinar, pero ¡nada pasaba! La bomba continuaba con sus ruidos y entonces de pronto surgió un hilo de agua, después un pequeño flujo y finalmente el agua corrió con abundancia... Agua fresca, cristalina. Llenó la botella y bebió ansiosamente, la llenó otra vez y tomó aún más de su contenido refrescante. Enseguida, la llenó de nuevo para el próximo viajero, la llenó hasta arriba, tomó la pequeña nota y añadió otra frase: "Créame que funciona, usted tiene que dar toda el agua, antes de obtenerla nuevamente”. 

Esta historia nos deja 2 grandes lecciones ¿Cuántas veces tienes temor de emprender un nuevo sueño o proyecto porque piensas que te demandará excesivo esfuerzo, tiempo o dinero? Así como el viajero que tenía dudas acerca de si mandar el agua a la bomba y no obtener el resultado esperado, muchas veces tenemos miedo de tomar decisiones porque no sabemos los resultados que vendrán, entonces nos detenemos, nos asalta la duda y deseamos irnos por lo más fácil, por aquello que nos asegura el resultado inmediato que no nos obligue a trabajar aunque sea un poco más. 

La segunda lección que nos deja esta historia es ¿qué estás dispuesto a hacer por los demás? Este cuento pone de manifiesto de manera clara y contundente el poder que tiene en nuestra propia vida el servir a los demás. Alguien dejó esa nota pegada en la botella como una ayuda para el próximo viajero que llegara, no solo pensó en sí mismo, pensó en todos, y los resultados fueron maravillosos sin duda. ¿Qué estás dispuesto a hacer para ayudar a otros? ¿Vas a dejar un mensaje en “tu botella” de todos los días? Si quieres lograr el éxito personal o de negocios, actúa con generosidad y haz lo que  dice esta historia: usted tiene que dar toda el agua, antes de obtenerla nuevamente. En la vida y los negocios, da a otros lo que quieras para ti. La pregunta hoy es: ¿estás dispuesto a hacerlo?

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