lunes, 6 de junio de 2016

5 formas de perder el miedo y mantenerte motivado



Como emprendedores al iniciar un proyecto, un negocio o tener un nuevo sueño de vida solemos estar muy motivados y llenos de energía. Paradójicamente también es natural que cuando estamos dando los primeros pasos para llegar a un nuevo objetivo sentimos miedo a lo desconocido, a lo que vendrá, a los obstáculos que tarde o temprano enfrentaremos en el camino. El miedo aparece en tu cabeza en forma de esa vocecita que te dice “es difícil, no podrás, quizá no triunfes”. Tendrás que pelear una batalla constante con esa voz que querrá sabotearte y hacer que la motivación inicial decaiga. Hoy te doy 5 técnicas para mantener a raya a la vocecita y el ánimo siga presente.

1. Capacítate: Aprende diariamente algo nuevo respecto al proyecto o sueño que tienes. No tengas la mente ociosa, “la ociosidad es el taller del diablo” me dijo alguien hace años. El mundo actual avanza muy rápido y si no te mantienes actualizado en los temas relativos a tus proyectos la competencia sí lo hará, así que es preferible cada día estar aprendiendo cosas nuevas y verás que esto despertará tu motivación.

2. Lee historias de éxito: Esto es sumamente motivante pues leer historias de gente que ya ha logrado lo que tú estás intentando conseguir te ayudará a darte cuenta que el éxito sí existe y es real. En internet puedes encontrar cientos de historias de este tipo, te lo aseguro. Cuando vemos que otras personas ya lo lograron entonces se convierten en un ejemplo que motiva.

3. Acércate a la gente exitosa. Este punto es similar al anterior, pero es más potente. Si ya leíste historias exitosas ahora es momento de convivir con gente cercana que tiene éxito en algún ámbito de su vida, estoy seguro que tienes cerca a más de uno o una. Cuando te acercas a gente exitosa y comparten de viva voz su experiencia con nosotros es una gran fuente de aprendizaje.  

4. Recuerda tus logros del pasado: Hay más de una cosa que seguramente has hecho bien en esta vida. Si te ves tentado por el desánimo haz un alto en tu cabeza y siéntate a escribir al menos 3 cosas que hayas hecho exitosamente en el pasado. Desde aprender a hablar cuando eras un niño, obtener una buena nota en 4º grado de primaria, o quizá la mención honorífica que obtuviste al salir de la universidad. Por más “pequeño” que creas que haya sido no deja de ser un logro, y lo fue porque te aseguro que si miras hacia atrás, hay muchos que no lo consiguieron.

5. Celebra tus victorias: Cada pequeño logro que vayas consiguiendo (solo o en equipo) en el camino hacia tu meta es digno de celebrarse, basta con que mentalmente te digas “felicidades” “lo hiciste bien” y tu chip mental empezará tener presente cada pequeño éxito. También te servirá para ser agradecido contigo mismo y con tu equipo de trabajo. No estoy diciendo que hagas una fiesta con cada pequeño logro, solo se trata de hacer un reconocimiento de que las cosas van por buen camino.

Prueba estas 5 técnicas para mantener la motivación alta, hazlo todos los días, ¡hazlas un hábito! Deseo para ti el mayor de los éxitos en todo lo que emprendas.

QDTC

jueves, 2 de junio de 2016

Educar con el Ejemplo



Si eres de los que se la pasan dando consejos a los demás (familia, amigos, compañeros de trabajo) acerca de distintos temas, casi podría asegurarte que la técnica no te ha funcionado. Y es que cuando se trata que los demás aprendan algo, las palabras son a veces una herramienta de poca efectividad y por el contrario hay algo mucho más contundente que eso, se llama Ser Ejemplo.

Si tienes un amigo que tiene sobrepeso pero tú también lo tienes y constantemente le hablas de dietas, rutinas de ejercicio o comida saludable pero tú no lo haces difícilmente tu amigo creerá en ti. Si hablas a otros de puntualidad pero siempre llegas tarde a las reuniones sociales o de trabajo entonces solo estás hablando por hablar. Si hablas de honestidad en tu trabajo pero en tu vida privada eres una persona infiel, dudo mucho que alguien te crea.

Te menciono estos casos porque así aprendemos, solo con el ejemplo. Si tienes hijos seguramente podrás darte cuenta que esto funciona de maravilla con los niños. Las personas aprendemos de mejor forma cuando vemos las acciones y los resultados de los demás, es decir, cuando hay congruencia entre palabras y acción, y si no la hay entonces no tiene sentido.

Te propongo que dejes de leer esto un minuto y pienses en alguna situación de tu vida en donde aprendiste algo positivo de otra persona solamente con el ejemplo que te dio, sin palabras de por medio, luego retoma la lectura.

¿Cuántos ejemplos vinieron a tu mente? Seguramente más de uno, y casi te aseguro que los tienes presente solo por el hecho que fueron las acciones las que inspiraron que tú aprendieras esa cualidad positiva que la otra persona te mostró con su actuar. 

Lo mismo pasa a la inversa, también aprendemos con el ejemplo negativo. Si tus padres fueron personas impuntuales es muy probable que tú hayas aprendido a ser impuntual porque eso era lo que veías en ellos, quizá de adulto ya hayas cambiado el mal hábito de la impuntualidad pero de niño lo aprendiste porque eso fue lo que viste a toda hora.

Para las empresas pasa igual, si eres un buen líder y educas a tu equipo con el buen ejemplo te aseguro que tu equipo transformará sus hábitos negativos en positivos, no es suficiente y nunca bastarán largas reuniones con sermones largos si una vez acabada la junta actúas y haces lo opuesto a lo que dijiste.

La gente te creerá por lo que haces y no por lo que dices. Es una ley básica. ¡inténtalo! Sé congruente entre palabras y acciones y verás como los demás empezarán a confiar más en ti y podrás educar con el ejemplo positivo.

“Mamá, papá, no se preocupen porque no los escucho, los estoy observando todo el día” 

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